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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Türk exige poner fin a la "carnicería" en Gaza

29 febrero 2024

Un palestino transporta a un niño herido en la zona golpeada por los ataques israelíes en Khan Younis, Gaza © REUTERS/Yasser Qudih

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Diálogo Interactivo sobre la situación de los derechos humanos en el Territorio Palestino Ocupado

Lugar

Ginebra

Sr. Presidente,
Excelencias,
Distinguidos delegados y delegadas,

Parece no haber límites —ni palabras para describir— a los horrores que se están destapando ante nuestros ojos en Gaza.

Desde principios de octubre, más de 100.000 personas han sido asesinadas o heridas. Déjenme repetirlo: aproximadamente uno de cada 20 niños, mujeres y hombres está ahora muerto o herido.

Al menos 17.000 niños y niñas han quedado huérfanos o han sido separados de sus familias, mientras que muchos más cargarán toda su vida con las cicatrices que dejan el trauma físico y emocional. Hoy, la cifra total de personas asesinadas ha superado los 30.000. AY decenas de miles de personas han desaparecido, se cree que muchas de ellas han quedado enterradas bajo los escombros de sus casas.

Esto es una carnicería.

Los ataques a la población civil israelí el 7 y 8 de octubre fueron estremecedores. Completamente traumatizantes. Y absolutamente injustificados. El asesinato de civiles, los informes de tortura y violencia sexual infligida por Hamás y otros grupos armados palestinos, así como la retención de rehenes desde entonces, son terribles y son de una enorme vileza. E igual de horrible es la brutalidad de la respuesta israelí: el número de asesinatos y mutilaciones sin precedentes realizados en Gaza, entre los que se incluyen periodistas y personal de Naciones Unidas; la catastrófica crisis humanitaria provocada por las restricciones en la ayuda humanitaria; el desplazamiento de al menos tres cuartas partes de la población, a menudo en repetidas ocasiones; la destrucción masiva de hospitales y otras infraestructuras civiles y, en muchos casos, la demolición sistemática de barrios enteros, que han hecho de Gaza una ciudad prácticamente inhabitable.

La guerra en Gaza debe terminar. Ambas partes han violado claramente el derecho internacional humanitario y la normativa internacional de derechos humanos, violaciones que han incluido crímenes de guerra y posiblemente otros delitos según el derecho internacional. Ya es hora de que se logre la paz, se realicen investigaciones y se asuman responsabilidades.

Excelencias,

El año pasado, describí ante este Consejo la ya nefasta situación en todo el Territorio Palestino Ocupado.

En 56 años de ocupación israelí, se ha impuesto a los palestinos sistemas de control profundamente discriminatorios para restringir sus derechos, incluido el derecho a la libre circulación, lo que ha repercutido enormemente en la igualdad, la vivienda, la salud, el trabajo, la educación y la vida familiar. Los 16 años de bloqueo de la Franja de Gaza han mantenido a sus más de 2,2 millones de habitantes en situación de cautividad, y han destruido la economía local. Las vidas de generaciones de palestinos y palestinas en la Ribera Occidental están marcadas por el hostigamiento, el control, la arbitrariedad —incluidos los arrestos y las detenciones arbitrarias— y por una violencia creciente a manos de militares y colonos israelíes. Mientras tanto, los asentamientos ilegales han seguido creciendo, lo que ha llevado de facto a un aumento de la anexión de tierras palestinas. Imagínense la infinita humillación y represión que han tenido que soportar. 

Hoy en día, esta situación es inconmensurablemente peor.

El informe A/HRC/55/28, que tienen ante ustedes, es doloroso de leer. Israel ha descargado miles de toneladas de municiones sobre Gaza, incluyendo el uso repetido de armas explosivas de amplio alcance. Estas armas lanzan una inmensa onda expansiva de alta presión capaz de romper los órganos internos, así como proyectiles de fragmentación, y un calor tan intenso que provoca quemaduras profundas; y que han sido utilizadas en barrios residenciales densamente poblados. El pasado mes de noviembre, en el hospital El-Arish de Egipto, vi a niños con la piel abrasada. Nunca lo olvidaré.

Con arreglo al artículo 1, en los cuatro Convenios de Ginebra se afirma que todos los Estados deben respetar y, de manera crucial, garantizar el respeto del derecho internacional humanitario definido en dichos Convenios. Esta responsabilidad resurge cuando existe un riesgo real de que las armas entregadas a una de las partes de un conflicto puedan utilizarse de modo que se viole esta legislación. Este tipo de habilitación de cualquier violación del derecho internacional humanitario debe detenerse de inmediato. En esto se basa la diligencia debida.

Durante los últimos cinco meses de guerra, la Oficina ha registrado muchos incidentes que pueden constituir crímenes de guerra perpetrados por las fuerzas israelíes, así como indicaciones de que las fuerzas israelíes han atacado de forma indiscriminada o desproporcionada violando el derecho internacional humanitario.

El lanzamiento de proyectiles indiscriminados por parte de grupos armados palestinos en el sur de Israel, y hasta Tel Aviv, también viola el derecho internacional humanitario, igual que lo hace la retención continua de rehenes. Me he reunido con los familiares de algunos de los rehenes y siento su dolor.

Sr. Presidente,

Entre el 8 y el 21 de octubre de 2023, Israel impuso la prohibición total de todo suministro de ayuda, alimentos, combustible y electricidad a Gaza. Desde entonces, Israel ha seguido poniendo trabas a la ayuda humanitaria. Toda la población de Gaza corre un riesgo inminente de hambruna. Casi todos están bebiendo agua salada y contaminada. La asistencia sanitaria en todo el territorio apenas funciona. Imagínense lo que esto significa para los heridos y las personas con brotes de enfermedades infecciosas. En el norte de Gaza, donde el espacio operativo para las labores humanitarias es casi inexistente, se cree que muchos podrían estar ya muriéndose de hambre. En el resto de Gaza, la ayuda humanitaria se ha convertido en un desafío extremadamente difícil, y esto no es solo peligroso, sino también deshumanizador.

El bloqueo y el asedio impuesto en Gaza equivale a un castigo colectivo, y puede significar también el uso de la hambruna como método de guerra; en ambos casos son crímenes de guerra si se llevan a cabo de forma intencionada.

Además, casi toda la población de Gaza se ha visto forzada a desplazarse y miles de personas han sido detenidas, muchas de ellas incomunicadas, en condiciones que pueden equipararse a desaparición forzada.

Permítanme que sea meridianamente claro, y que emita otra cruda advertencia. La perspectiva de un ataque terrestre por parte de Israel en Rafah llevaría la pesadilla a la que se está sometiendo a la población de Gaza a otro nivel. Más de 1,5 millones de personas se están refugiando en Rafah pese a los continuos bombardeos, y se ha convertido en el centro de asistencia humanitaria de Gaza. Un ataque terrestre daría lugar a una pérdida de vidas potencialmente masiva; a un riesgo adicional de crímenes atroces; a nuevos desplazamientos a otro lugar inseguro; y confirmaría la sentencia de muerte de cualquier esperanza de recibir una ayuda humanitaria efectiva. Por mi parte, no logro ver cómo dicha operación podría ser coherente con las medidas provisionales jurídicamente vinculantes emitidas por la Corte Internacional de Justicia. Exhorto a todos los Estados con influencia a hacer todo lo que esté en sus manos para evitar dicho desenlace.

Sr. Presidente,

En la Ribera Occidental ocupada, incluyendo Jerusalén Oriental, ha seguido aumentando el uso por parte de las fuerzas israelíes de ataques aéreos, helicópteros de ataque, misiles antitanques, proyectiles explosivos disparados desde el hombro y otras armas de guerra, con resultados letales, incluidas las matanzas de niños. El informe también indica que impedir a los paramédicos llegar hasta los palestinos, incluidos los niños y niñas, heridos en dichas operaciones es un patrón de comportamiento que va en aumento.

Del 1 de enero al 6 de octubre del año pasado se vieron los niveles más altos de violencia perpetrada por los colonos y los efectivos militares israelíes contra los palestinos en la Ribera Occidental, incluyendo Jerusalén Oriental, desde que Naciones Unidas comenzara a registrar estos sucesos en 2005. Del 7 de octubre del año pasado al 23 de febrero de este año, han sido asesinados al menos 401 palestinos en la Ribera Occidental, 102 de ellos niños. La gran mayoría de los casos que la Oficina ha seguido generan la preocupación de que se trate de muertes ilícitas, incluidas las ejecuciones extrajudiciales.

En el pasado, pocas veces se exigía rendición de cuentas en estos casos; es imperativo que se haga ahora.

Desde el 7 de octubre, más de 7.000 palestinos de la Ribera Occidental ocupada han sido detenidos de forma arbitraria. Unos 9.000 están actualmente retenidos como “presos de seguridad”, más de 3.400 en detención administrativa sin cargos y sin la perspectiva de un juicio; y al menos 606 se mantienen incomunicados.

Sr. Presidente,

Sin embargo, debemos aferrarnos a la promesa de que la paz puede lograrse en el Territorio Palestino Ocupado e Israel. Para que esto funcione, se debe poner fin a la ocupación. Los líderes israelíes deben aceptar el derecho de los palestinos a vivir en un estado independiente. Y todas las facciones palestinas deben aceptar el derecho de Israel a existir en paz y seguridad.

El objetivo consiste en lograr un futuro más seguro y más pacífico para todos y todas, y la guerra de Gaza aleja cada día más a palestinos e israelíes de ese objetivo. Debe acabarse con estas hostilidades —no solo con un cese al fuego inmediato, sino poniendo fin a esta guerra. Todos los rehenes deben ser liberados de inmediato y sin condiciones, y los miles de palestinos detenidos arbitrariamente por Israel también deben ser liberados.

Ambas partes deben rendir cuentas. En todo el Territorio Palestino Ocupado e Israel debe adoptarse un conjunto de medidas encaminadas a restablecer los derechos humanos, la igualdad, la rendición de cuentas y la justicia. Insto a que se dé una respuesta positiva a las solicitudes reiteradas de mi Oficina de acceso total a Israel y al Territorio Palestino Ocupado, para documentar e investigar denuncias verosímiles de violaciones y abusos de los derechos humanos.

Mantener a la población palestina y sus derechos aislados —“fuera de la vista, fuera del pensamiento"— no ha funcionado en 56 años, y nunca jamás podrá funcionar. El desafío fundamental de consolidar la paz reside en que todas las personas vean y capten plenamente la humanidad del otro, superando formas de pensar que generaciones de daño y rabia han grabado a fuego y que ocultan la verdad: que las personas —el  pueblo palestino e israelí— están siendo cruelmente dañadas.

Excelencias,

Ya sea en Gaza o en cualquier otro lugar, les insto a evitar una nueva era de políticas de poder que dejan de lado las leyes, normas e instituciones que tanto ha costado construir para hacerles avanzar. Nuestros derechos universales y nuestra humanidad fundamental dependen de que se revierta esta trayectoria.

Gracias, Sr. Presidente.