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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Presentación de las directrices sobre salud mental

Presentación conjunta del ACNUDH y la OMS de la guía sobre “Salud mental, derechos humanos y legislación: Orientación y práctica”

09 octubre 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Lugar

Ginebra

Excelencias, colegas y amigos:

Lamento mucho no poder acompañarles personalmente en esta ocasión.

Me complace sobremanera presentar, junto al Director General de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros, esta publicación conjunta del ACNUDH y la OMS.

Todos somos conscientes de la enorme repercusión de la pandemia reciente sobre la salud mental de los ciudadanos.

El aislamiento social, la inseguridad económica y los temores relativos a la salud causaron ansiedad y sufrimiento en el mundo entero.

Muchas personas experimentaron un deterioro de salud mental, mientras se esforzaban por recibir el apoyo adecuado.

Pero los últimos años también han puesto de relieve el derecho a la salud mental, lo que ha propiciado importantes debates en hogares, comunidades y centros de trabajo del mundo entero.

Estas iniciativas han proporcionado múltiples ejemplos de transformación.

Desde los servicios de asesoramiento en línea y por teléfono hasta la ampliación de iniciativas de apoyo de persona a persona, en las que se reconoce la importancia de la experiencia vivida por quienes ahora ayudan a los demás.

Pero la pandemia también reveló hasta qué punto las legislaciones nacionales relativas a la salud mental en cada región están basadas en estrategias de coerción e institucionalización.

Nuestras directrices conjuntas son un esfuerzo orientado a rectificar este estado de cosas.

Albergamos la esperanza de que este trabajo suscite nuevas vías para elaborar leyes y medidas políticas renovadoras, firmemente basadas en la comprensión de los derechos humanos, y contribuya a hacer realidad la visión de salud y bienestar para todos contenida en la Agenda 2030.  

Haciendo hincapié en la dignidad, la igualdad y los derechos de la persona.

Es preciso que haya un cambio fundamental para descartar la institucionalización, en beneficio de la inclusión y el apoyo comunitario, de conformidad con lo dispuesto en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad y el derecho a la salud.

Nuestra aspiración debe ser la tranformación de los servicios de salud mental, no sólo en lo que respecta a su alcance, sino también en sus valores subyacentes.

De modo que respondan verdaderamente a las necesidades y la dignidad de la persona, y que contribuyan a que la gente participe realmente en su propia recuperación.

Este objetivo exige un marco de trabajo diáfano, que garantice la igualdad y la no discriminación en la toma de decisiones.

Lo que incluye el consentimiento libre e informado, así como leyes que abarquen a todos los géneros y que aborden las prácticas nocivas que a menudo afectan a las mujeres, como la medicación excesiva, la anticoncepción forzosa y, de hecho, la violencia.

Estimados colegas y amigos:

Esta publicación ofrece orientaciones prácticas sobre cómo una estrategia basada en los derechos humanos puede contribuir a la tan necesaria transformación de los sistemas de salud mental.

En el libro se expone un conjunto alternativo de metas que la legislación nacional debería cumplir, junto con las medidas necesarias para acceder a programas y servicios de salud mental de buena calidad, centrados en las necesidades individuales de hombres y mujeres, considerados en toda su diversidad y habida cuenta de su edad y su cultura.

El volumen contiene también medidas específicas para salvaguardar los derechos humanos, tales como el derecho de cada persona a tomar decisiones relativas a su tratamiento, erradicando el riesgo de coerción.

Y muestra además cómo es posible usar la legislación para desmontar el estigma y la discriminación.

Me resulta alentador comprobar que determinados gobiernos ya han tomado medidas para reformar sus leyes y sus políticas.

Insto a todos los Estados a que usen estas directrices como una plantilla para revisar la legislación vigente y elaborar nuevas leyes.

Confío en que este instrumento servirá de apoyo a diversos grupos de interesados que participan en la promoción y elaboración de mejores normas de salud mental.

Entre estos grupos figuran, en posición prominente, las personas afectadas por trastornos mentales y discapacidades psicosociales.

Quisiera expresar mi agradecimiento a cuantos han contribuido a la consulta que hizo posible esta publicación.

A nuestros colegas de la OMS, por su excelente y constante colaboración, y en particular al equipo encargado de políticas, leyes y derechos humanos.

Y a todos ustedes, por asistir a esta presentación.

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