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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Declaración del Alto Comisionado en conmemoración del genocidio de Rwanda

13 abril 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

29º Conmemoración del Genocidio de 1994 contra los Tutsi en Rwanda

Lugar

Geneva

Distinguidos y distinguidas invitados e invitadas,

Las dramáticas imágenes del genocidio de Rwanda siguen estando dolorosamente frescas en nuestra memoria.

Hace solo veintinueve años, una tragedia humana indescifrable tuvo lugar en esta nación africana.

Durante un período de solo 100 días, más de un millón de personas fueron asesinadas de manera sistemática.

Se cometieron actos de una brutalidad e inhumanidad indescriptibles.

Donde hombres, mujeres, niños y niñas fueron asesinados simplemente por su origen étnico.

Donde un millón de niños y niñas quedaron huérfanos.

La mayor parte de las víctimas fueron Tutsis, a la vez que los Hutu moderados, los Twa y otros y otras que se opusieron de forma valiente al genocidio también perdieron la vida.

Hoy, rendimos homenaje a su memoria.

También reconocemos los extraordinarios esfuerzos de los y las supervivientes quienes, a pesar de la profunda pérdida que sufrieron, han perseverado para reconstruir su país, sus comunidades, y sus vidas.

El caso de Rwanda es una historia de una tragedia inmensa, pero es también una historia de una resiliencia extraordinaria.

Se han conseguido avances increíbles en sanidad, educación y en políticas medioambientales.

Se ha dado prioridad a los derechos de las mujeres, lo que se ha caracterizado por la participación activa de las mujeres en los procesos políticos y por sus indispensables contribuciones al desarrollo y la consolidación de la paz.

A la vez que se han conseguido superar profundas divisiones, aún quedan desafíos por delante.

Para asegurar un futuro donde los derechos humanos de todos y todas los y las rwandeses estén protegidos, es fundamental, hoy, proteger el espacio cívico y democrático, así como defender libertades fundamentales.

Colegas,

El genocidio sucede cuando la brújula moral de la humanidad deja de funcionar.

Cuando proliferan las ideologías de odio y cuando se permite que la deshumanización avalada por el Estado de un grupo entero de personas arraigue y se propague.

A pesar de sus promesas de que no volvería a suceder nunca, en Rwanda, en 1994, la comunidad internacional se quedó de brazos cruzados.

Enfrentarse a estas atroces tragedias del pasado es la única vía para avanzar hacia un futuro de paz y dignidad.

Supone rechazar firmemente y pronunciarse sobre todas las formas de racismo y discriminación.

Supone abordar las causas originarias del conflicto y la violencia además de adoptar medidas rápidas para prevenirlos.

Y supone erradicar la impunidad, exigir responsabilidades a los autores, y permitir a las víctimas acceder a la justicia que se merecen.

Para evitar las atrocidades en masa se necesita de un compromiso inquebrantable, por parte de todos y todas, con los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho.

El caso de Rwanda nos ha demostrado que la paz y la justicia pueden vencer a las fuerzas oscuras de la crueldad y el odio.

No debemos olvidar nunca las lecciones que nos deja esta tragedia. Les debemos a las víctimas y supervivientes el permanecer unidos y evitar que esto pueda volver a suceder en cualquier parte del mundo.