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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

"Crisis persistentes. Lecciones aprendidas, recuperación basada en los derechos humanos y mirando hacia el futuro"

19 enero 2023

Pronunciado por

Discurso de apertura de Nada Al-Nashif Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos

En

Acto paralelo en línea organizado por el Instituto Danés de Derechos Humanos con motivo de la quinta reunión entre períodos de sesiones del Consejo de Derechos Humanos para el diálogo y la cooperación en materia de derechos humanos y la Agenda 2030

Lugar

Ginebra

  • Me siento encantado de poder unirme a este debate y compartir algunas ideas sobre cómo los derechos humanos ofrecen soluciones y nos ayudan a hacer frente a las múltiples crisis que amenazan los logros conseguidos para dirigirnos hacia un futuro más justo y sostenible. Permítanme comenzar agradeciendo a la Misión Permanente de Dinamarca y al Instituto Danés de Derechos Humanos por organizar este evento tan importante.
     
  • Nos encontramos ante una encrucijada clave. El último informe sobre el progreso en los ODS publicado por el Secretario General de las Naciones Unidas advierte que la pandemia ha borrado de un plumazo más de cuatro años de avances en la erradicación de la pobreza y ha arrojado a otras 93 millones de personas a la extrema pobreza. La emergencia climática y las consecuencias de gran alcance y de múltiples facetas que tienen los conflictos, incluyendo pero sin limitarse al de la guerra en Ucrania, han frenado aún más los avances. Hemos contemplado cómo el índice de desarrollo humano ha descendido durante dos años consecutivos por primera vez en más de tres décadas, revertiendo así los pasos dados hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
     
  • Las dificultades del mundo actual han resaltado y agravado las desigualdades, a la vez que afectaban de forma desproporcionada a las personas más marginadas, relegando a muchas personas, cuando lo que deberíamos hacer es ayudarlas a mejorar sus vidas. Cada vez más personas tienen que decidir entre pasar hambre o pasar frío, entre comprar medicinas o libros de texto, entre quedar atrapadas en el pago de deudas insostenibles para pagar su alquiler o convertirse en personas sin hogar.
     
  • La recesión global y las medidas de austeridad que están previstas en más de 140 países de todo el mundo están contribuyendo a impulsar la pobreza y acentuar las desigualdades entre y dentro de los propios países. El sesenta por ciento de los países de ingresos bajos y el treinta por ciento de las economías de mercados emergentes están ya o están al borde de una situación de deuda insostenible, lo que obstaculiza la capacidad de los Estados para prestar servicios de salud, educación, de protección social y otros derechos humanos.
     
  • Nos enfrentamos a un desafío colosal. La Cumbre de ODS del próximo septiembre, que marcará el punto intermedio hacia el año 2030, supone un momento clave para diseñar un plan global para acelerar la puesta en práctica de los ODS, basado en resultados en materia de derechos humanos.
     
  • Es muy necesaria una nueva reorganización, una reorganización que sitúe a los derechos humanos en el centro, en todos los sectores, a todos los niveles en el diseño de políticas, y en todas las dimensiones del desarrollo sostenible. Esta es la esencia de la visión del Secretario General que reside tras el Llamamiento a la Acción en favor de los Derechos Humanos y de Nuestra Agenda Común.
     
  • Voy a adelantar tres puntos que sirvan para alentar nuestro debate. Si aspiramos a otorgar una mayor velocidad a la implantación de los ODS, debemos orientar la dimensión económica en la misma dirección de nuestro impulso, adoptando pasos concretos hacia una economía que mejore los derechos humanos, un planteamiento en el que venimos trabajamos de forma intensa.
     
  • En primer lugar, hemos de integrar las obligaciones existentes de derechos humanos en los debates sobre políticas económicas a usar, con el objeto de construir una economía que beneficie a todo el mundo, en línea con los objetivos de los ODS. Los estados deben diseñar de forma deliberada presupuestos públicos y estrategias de generación de ingresos que inviertan en derechos económicos, sociales y otros, que luchen contra la discriminación y reduzcan las desigualdades de género y otras. Este enfoque sería coherente con el compromiso de no dejar a nadie atrás y nos permitiría ayudar a las personas que están más relegadas en primer lugar. Solamente con una mayor solidaridad a nivel internacional, la cual apoye las iniciativas nacionales, podremos conseguir de forma colectiva hacer realidad los ODS.
     
  • En segundo lugar, necesitamos hacer un mayor esfuerzo, y debemos conseguir mejores resultados en materia de justicia climática respaldando de forma activa el derecho humano a un medioambiente limpio, sano y sostenible. Conseguir que las medidas medioambientales estén arraigadas en una perspectiva de derechos humanos tiene el potencial de aumentar la resiliencia ante el cambio climático y afianzar nuestra disposición a resistir las crisis y tener un plan de contingencia de tal manera que beneficie a aquellos que menos han contribuido a acelerar el cambio climático, pero que están siendo los más afectados por esta triple crisis planetaria.
     
  • En tercer lugar, todas las políticas que se diseñen deben estar basadas en una participación significativa, en el diálogo social, en la transparencia y en la rendición de cuentas. Los Estados se beneficiarían así enormemente de un mayor número de consultas a través de la protección de un espacio civil dinámico. Esta es la esencia del ODS16, fundamental para desbloquear la Agenda 2030.
     
  • Estamos en un momento donde se necesita de liderazgo transformador para poder construir sociedades más equitativas y sostenibles. Trabajemos entonces para situar a los derechos humanos en el centro del diseño de las políticas, partiendo de la visión de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La DUDH 75 nos ofrece una oportunidad de unidad y esperanza, que movilice al mundo en la causa de los derechos humanos y que nos encamine hacia un futuro mejor, basado en la justicia e igualdad para todos y todas.

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