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Discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Declaración del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, con motivo de la presentación de la guía jurídica de la antidiscriminación coauspiciada por el ACNUDH y la organización Equal Rights Trust

06 diciembre 2022

Pronunciado por

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk

En

Lanzamiento de la Guía Jurídica General contra la Discriminación OHCHR-Equal Rights Trust

Lugar

Mensaje de vídeo / Ginebra

En cierta ocasión, Sevda Nedkova Nanova entró en una tienda en Sofía (Bulgaria), con la intención de comprar calcetines.

Pero el tendero se negó a atenderla, la insultó y la obligó a salir del establecimiento.

En julio de 2004, un tribunal de Sofía emitió la primera decisión judicial en virtud de la nueva ley de amplio espectro contra la discriminación aprobada en Bulgaria.

Según el fallo, la empresa propietaria de la tienda tendría que indemnizar a Nanova por los perjuicios derivados de la discriminación.

Este dictamen judicial fue un mensaje enérgico en el sentido de que la discriminación es un delito y que sus víctimas pueden acceder a la justicia y obtener indemnización.

La experiencia vivida por Nanova evoca las palabras de Eleanor Roosevelt, una de las redactoras de la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuando se refería a la aplicación de los derechos humanos “en los lugares modestos”. Roosevelt formulaba la idea de que esos derechos están en nuestro vecindario, en las escuelas, las oficinas y las tiendas. Los lugares donde cada uno de nosotros debería recibir un trato digno y exento de discriminación.

La señora Nanova y miles de otras personas como ella han obtenido justicia con equidad e igualdad de oportunidades y dignidad, una vez que en Bulgaria se aprobaron leyes antidiscriminatorias de amplio espectro. Otro tanto ha ocurrido en decenas de Estados en los que esas normativas han entrado en vigor.

Estas leyes, tanto si las promueve el gobierno como si las impulsa la sociedad civil, ponen de manifiesto el hecho de que no podemos erradicar la discriminación a menos que se apruebe, se ponga en vigor y se aplique una legislación amplia y eficaz.

Esas leyes proporcionan a los Estados un zócalo para fundar sus ambiciones de integración y para forjar sociedades en las que todos seamos iguales en dignidad y derechos.

El año que viene vamos a celebrar el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y su condición de garante de la igualdad en dignidad y derechos. Este año se conmemora el 30º aniversario de la aprobación de la Declaración sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y linguísticas, que reconoce la igualdad y la no discriminación como elementos fundamentales para la protección de las minorías.

Tal como señaló el Secretario General el año pasado en el informe Nuestra Agenda Común, el racismo, la intolerancia y la discriminación siguen existiendo en todas las sociedades.

Aunque en los últimos años numerosos Estados Miembros de las Naciones Unidas han aprobado leyes exhaustivas contra la discriminación, muchos otros no lo han hecho todavía.

Exhorto a esos Estados a que renueven y consoliden sus compromisos con el disfrute equitativo de los derechos humanos, mediante la elaboración, aprobación y aplicación de leyes integrales orientadas a erradicar la discriminación.

Para apoyar sus esfuerzos en ese sentido, mi Oficina ha publicado una nueva guía, titulada Protección de los derechos de las minorías: una guía práctica para desarrollar una legislación integral contra la discriminación.

Esta nueva guía ofrece orientaciones de amplio espectro sobre cómo los Estados pueden cumplir con sus obligaciones en materia de protección y el derecho a la no discriminación.

Aunque la aprobación de una ley por sí sola no erradica la discriminación, sí constituye una medida necesaria e indispensable para lograrlo.

Aún queda mucho por hacer para garantizar un mundo más libre y más justo, tal como promete la Declaración Universal de Derechos Humanos.

La aprobación de leyes integrales contra la discriminación es una tarea pendiente desde hace mucho.

Para garantizar que todos, cualesquiera que sean su raza o condición étnica, edad, género, religión, discapacidad u orientación sexual, reciba un trato equitativo en la escuela, el vecindario, la oficina o la tienda.

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