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Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Zeid condena las atrocidades del EIIL en Iraq y pide la liberación de cientos de secuestrados que huían de Faluya

Iraq

05 julio 2016

GINEBRA (5 de julio de 2016) – A medida que aumenta el número de muertos causado por el ataque suicida ocurrido el domingo en Bagdad hasta superar los 150 fallecidos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, lamentó el martes la terrible pérdida de vidas inocentes. El Alto Comisionado advirtió que, además de redoblar sus esfuerzos para proteger a los civiles de los ataques del Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL), es esencial que las autoridades iraquíes adopten medidas para evitar que las milicias sin control sigan vengándose de los civiles que huyen de las ciudades que antes estaban en manos del EIIL.

“Condeno absolutamente esta última atrocidad del EIIL, que tuvo por objetivo a civiles inocentes que celebraran el Ramadán en el centro de Bagdad”, afirmó Zeid. “Junto con otras abominaciones recientes vinculadas al EIIL en Dacca, Estambul y Orlando, el ensañamiento sin límites de esta gente escapa a la comprensión”.

Pero el Alto Comisionado advirtió que “los actos de venganza y las decisiones políticas apresuradas o insensatas en reacción a esos ataques sólo ayudan a que el EIIL pueda desarrollar su estrategia de dividir a la sociedad y promover el odio”.

“Es preciso derrotar al EIIL y hay que hacerlo pronto”, afirmó. “Pero en la tarea de derrotarlo, debemos tener sumo cuidado en no reaccionar a sus provocaciones de la manera que ellos han previsto que reaccionaremos y que quieren que lo hagamos. No sólo necesitamos ser más fuertes que ellos, sino que además debemos ser más inteligentes. Y en este aspecto estamos fracasando rotundamente, no sólo en Iraq, sino en diversas respuestas que se aplican en el mundo entero, lo que les permite aprovechar el resentimiento que generan las respuestas ilícitas para reclutar a más seguidores, crear más fanáticos y contar con más terroristas suicidas”.

“Tras haber perdido Ramadi y Faluya, y con la probabilidad de que pronto Mosul se convierta en escenario de combates en gran escala, me temo que veremos más atrocidades de este tipo, a medida que el EIIL trata de lograr que Iraq colapse de nuevo. Nuestra reacción, lo mismo en Iraq que en otros lugares, decidirá en última instancia si el EIIL puede beneficiarse de estos asesinatos en masa indiscriminados o, al final, resulta destruido por ellos”, declaró el Alto Comisionado.

Zeid instó a las autoridades iraquíes a tomar medidas inmediatas para encontrar y liberar a más de 600 hombres y adolescentes que, según los informes, fueron secuestrados por milicianos que participaron en la recuperación de Faluya de manos del EIIL el pasado mes de junio.

El 1 de junio, según el testimonio de varios testigos entrevistados en Iraq, unos 8000 civiles, entre los que había unos 1500 hombres y muchachos de más de 14 años de edad, dejaron su aldea en Saqlawiyah, cerca de Faluya. Casi todos ellos eran miembros del clan de Albo Akash, de la tribu al-Mahamda. En el horizonte vieron lo que, al parecer, era una columna de tropas gubernamentales, que les saludaron por los altavoces y les dijeron que los aldeanos no tenían nada que temer de ellos. Pero, una vez que los prófugos se acercaron a la columna, los testigos afirman que escondidas tras las banderas iraquíes estaban las banderas de la  milicia Kataaib Hezbollah.  

Los milicianos separaron inmediatamente a los hombres y adolescentes de las mujeres y los niños; estos últimos fueron trasladados a campamentos para desplazados administrados por el gobierno en las proximidades de Amiryat al Faluya. A los hombres se les condujo inicialmente a unos almacenes y luego fueron trasladados en ocasiones sucesivas durante los cuatro días siguientes a otras instalaciones situadas entre Saqaliwah y Faluya.

Los malos tratos comenzaron casi de inmediato. A los hombres se les hacinó en habitaciones o en salas pequeñas, a veces a razón de más de 60 personas por estancia. Se les privó de agua y comida, y en los locales apenas había ventilación. Cuando reclamaban agua, comida o aire, los milicianos los insultaban, les decían que ese trato era “la venganza por el campamento Speicher”* y los golpeaban con palas, garrotes y tubos de cañería.  

Varios testigos declararon que a algunos de los que reclamaron agua o se quejaron de la falta de aire los arrastraron fuera de los locales y les dispararon, los estrangularon o les propinaron graves palizas. Además, los testigos afirmaron que al menos cuatro prisioneros fueron decapitados. Otros fueron esposados y golpeados hasta causarles la muerte y los cuerpos de al menos dos de ellos fueron quemados.

El 5 de junio, los detenidos fueron separados en dos grupos, uno de 605 hombres y muchachos, el otro de unos 900. El grupo más pequeño fue conducido al centro gubernamental de Ameriyat al Faluya, donde se reunieron con las mujeres y los niños.

“Se ignora cuál fue el destino de grupo más numeroso, lo que es causa de intensa preocupación, especialmente habida cuenta de las referencias a una venganza por la masacre del campamento Speicher”, afirmó Zeid. “Hay una lista con los nombres de 643 hombres y muchachos desaparecidos, así como 49 otros que se cree fueron ejecutados de modo sumario o torturados hasta la muerte, cuando se encontraban arrestados por los milicianos de Kataaib Hezbollah. Los dirigentes tribales creen que hay otros 200 de los que no se sabe nada o cuyos nombres todavía no se han compilado”.

El Alto Comisionado señaló que “este incidente parece ser el peor –aunque no el primero- en el que participan las milicias que colaboran con las fuerzas gubernamentales en la lucha contra el EIIL” e instó al gobierno a que adopte medidas enérgicas para evitar nuevos hechos de este tipo y que exija responsabilidades a sus autores.

“Estos crímenes no solo son abominables”, dijo Zeid. “Además son totalmente contraproducentes. Les otorgan al EIIL una victoria propagandística y echan a la población en sus brazos. Estos delitos aumentan la probabilidad de un nuevo ciclo de intensa violencia sectaria. El primer ministro de Iraq ha creado un comité para investigar las desapariciones, medida que, por supuesto, cuanta con mi apoyo. Pero creo que las autoridades tienen que tomar medidas firmes e inmediatas para hallar a los desaparecidos o elucidar claramente qué les ocurrió”.

“Ante la inminencia de una batalla masiva y prolongada por el control de Mosul, no debe subestimarse la posibilidad de que sucesos como éste fortalezcan la capacidad de resistencia del EIIL”, señaló el Alto Comisionado. “Es preciso comprender que la mayoría de los hombres que viven en esas ciudades no son miembros voluntarios del EIIL ni tienen nada que ver con esa organización, más allá de que hacen lo indispensable para conservar la vida. Las personas que huyen del EIIL deberían ser tratadas con simpatía y respeto, no torturadas o asesinadas simplemente por motivo de su sexo y porque han tenido la desgracia de que vivían allí cuando el EIIL llegó”.

FIN

*En un informe de las Naciones Unidas publicado en julio de 2015 se llegó a la conclusión de que unos 1.700 cadetes fueron brutalmente asesinados por el EIIL después que este grupo logró tomar el campamento Speicher en junio de 2014.

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