Notas de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Piden moderación con miras a la protesta de Sri Lanka
08 julio 2022
Pronunciado por
Ravina Shamdasani, portavoz de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Lugar
Ginebra
En vísperas de la que probablemente sea una nutrida manifestación en Colombo [Sri Lanka], el próximo sábado 9 de julio, instamos a las autoridades de ese país a que procedan con moderación en el control de la multitud y que realicen todos los esfuerzos posibles para evitar actos de violencia.
Asimismo solicitamos a las autoridades que impartan instrucciones claras a las fuerzas de seguridad para que los periodistas y los activistas puedan ejercer sin cortapisas su derecho a monitorear e informar sobre las manifestaciones y que reciban protección en el ejercicio de esas funciones.
El empeoramiento de la situación económica ha agravado las tensiones en las últimas semanas. Los informes recibidos indican que se han producido choques entre ciudadanos y agentes de policía y de las fuerzas armadas en gasolineras donde miles de civiles desesperados hacen cola durante horas y, a veces, durante días enteros.
La policía ha usado gas lacrimógeno y cañones de agua, a menudo de forma innecesaria y desproporcionada. En algunas ocasiones, las fuerzas armadas han disparado a los manifestantes con munición real. Todos los ciudadanos de Sri Lanka tienen derecho a la libertad de expresión, de reunión pacífica y a participar en los asuntos públicos, que son especialmente importantes en las etapas críticas de la vida de una nación. En virtud del derecho internacional vigente, las manifestaciones solo pueden ser dispersadas en casos excepcionales, y el uso de la fuerza ha de ser un recurso de última instancia, que debe aplicarse de manera proporcional, cuando resulte absolutamente necesario.
Aunque reconocemos los problemas que afrontan la policía y las fuerzas armadas -incluso los ataques que padecen- creemos que el gobierno ha de transmitir instrucciones estrictas a esos cuerpos para que se abstengan de usar la violencia contra la población y para que actúen con la máxima moderación.
Por regla general, las fuerzas armadas no deben usarse para controlar manifestaciones. Cuando, en circunstancias excepcionales, el ejército tiene que realizar funciones de policía, debe actuar con arreglo a las normas y los criterios internacionales y ha de hacerlo completamente subordinado a las autoridades civiles y rendir cuentas de sus actos según el derecho civil.
La población de Sri Lanka ya ha sufrido mucho y vive en la incertidumbre permanente sobre cómo satisfacer día a día sus necesidades básicas, incluido el acceso a la alimentación, las prestaciones sanitarias y la educación. Los ciudadanos de Sri Lanka tienen derecho a protestar pacíficamente y exigir una vida mejor, y a pedir que se ponga fin a sus dificultades económicas y sociales.
También reiteramos la petición de la Alta Comisionada de que se entable un diálogo abierto y genuino para abordar las causas profundas de la crisis y las quejas de la población.
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