Resumen

En su segundo informe a la Asamblea General, la Relatora Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, Tlaleng Mofokeng, se centra en el impacto del racismo en la dignidad humana, la vida, la no discriminación, la igualdad, el derecho a controlar la propia salud y el cuerpo, y el derecho a un sistema de protección de la salud. Analiza el impacto del racismo y la discriminación, en particular en las personas negras, afrodescendientes, migrantes, pueblos indígenas y minorías, y la intersección de factores en juego, como la pobreza y la discriminación basada en la edad, el sexo, la identidad de género, la expresión, la orientación sexual, la discapacidad, la situación migratoria, el estado de salud y la localización en comunidades rurales o urbanas.

Utilizando los marcos de interseccionalidad y contra la colonialidad y el racismo, la Relatora Especial examina el impacto global que tiene en la salud de las personas racializadas el legado vivo de las formas pasadas y actuales de racismo, apartheid, esclavitud, colonialidad y estructuras opresivas. Además, aclara el marco jurídico que se aplica a los distintos grupos de población afectados por el racismo y llama la atención sobre las medidas específicas que se recomiendan a los Estados. También identifica buenas prácticas que afirman el derecho a un sistema de protección de la salud en el que las personas tengan las mismas oportunidades de disfrutar del más alto nivel posible de salud y proporciona ejemplos de reparaciones por discriminación racial relacionadas con violaciones y abusos del derecho a la salud.