Hostigamiento, reclusión y muerte: Todavía hay periodistas en peligro
02 noviembre 2018
Hostigamiento constante. Detención ilícita. Amenaza e intimidación. De algún modo, durante más de casi 12 años (de 2006 a 2017), la labor periodística ha sido una profesión muy peligrosa.
Un informe de la UNESCO que analiza las tendencias mundiales en materia de seguridad del periodismo muestra un aumento en el número de periodistas asesinados en el mundo. La seguridad de los profesionales de la prensa está pasando por un momento crítico: 530 periodistas ha sido asesinados en ese periodo y sólo el 10 por ciento de los responsables de esos crímenes rinde cuentas ante alguna instancia judicial.
En su discurso conmemorativo del Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró que, en lo que va de año, han sido asesinados 88 periodistas.
Por su parte, el Consejo de Derechos Humanos, tras expresar su profunda preocupación “por todas las vulneraciones y abusos de derechos humanos cometidos respecto a la seguridad de los periodistas y los profesionales de los medios de comunicación, entre otros, asesinatos, torturas, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias…”, emitió una resolución sobre la seguridad de los periodistas. La resolución se centra en crear un contexto propicio para los medios de comunicación, insta a los líderes políticos a que pongan fin a la denigración de los periodistas y fortalece la crítica internacional contra los líderes políticos que han tratado de seguir socavando la confianza en los periodistas.
La resolución también insta a los Estados a que hagan uso del Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, que se celebra el 2 de noviembre de 2018, como una oportunidad para llevar a cabo iniciativas concretas que proporcionen más y mejor protección a los periodistas en sus países.
A pesar de los numerosos mecanismos de prevención, protección, supervisión y denuncia, los periodistas siguen siendo víctimas de ataques en un grado alarmante. Al parecer, hay informes casi diarios de agresiones contra periodistas en algún lugar del mundo. El último caso del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado de Arabia Saudí en Turquía, ha servido una vez más para poner de relieve los peligros a los que se enfrentan muchos profesionales de la información.
Pero no solo los asesinan sino que también ha habido un incremento de las detenciones y reclusiones ilegales y de las incesantes amenazas y hostigamientos.
Manel Gharbi es una periodista que trabaja en la radio en Túnez. Cuando cubrió la revolución tunecina de 2011, la Sra. Gharbi sufrió una oleada de hostigamiento y presiones, e incluso un grupo de radioyentes reaccionó atacándola por Internet, porque informaba sobre las actividades de los estudiantes y otros militantes durante esos acontecimientos. La información que transmitieron ella y un compañero durante una huelga de docentes enfadó al gremio de maestros. Los huelguistas montaron piquetes en la puerta de la emisora pidiendo que sancionaran a ambos periodistas.
“La dirección me reprendió varias veces para que no expresara mi opinión y se me prohibió tratar ciertos asuntos durante mis programas”, afirmó la Sra. Gharbi.
Khawla Chabbeh, una periodista que ahora dirige la unidad de supervisión de la Unión Nacional de Periodistas Tunecinos, dijo que los periodistas pueden defenderse y aprender a protegerse mejor. La organización lleva la cuenta de los ataques a los periodistas en Túnez y trata de dar más notoriedad a esos casos.
“Creo que monitorear los ataques a los periodistas ayudará a protegerlos e interceder por ellos, al proporcionarles asistencia letrada y ayuda inmediata y adecuada, elaborar indicadores sobre la seguridad de los periodistas y proponer soluciones prácticas y científicas para garantizar su seguridad”, declaró la Sra. Chabbeh “La capacitación también cumple una función importante porque les informa de sus derechos”.
La Sra. Chabbeh participó en un curso de capacitación sobre supervisión de la libertad de prensa y seguridad de los periodistas, que se celebró con la colaboración de la Oficina del ACNUDH en Túnez. Durante el curso, los periodistas aprendieron a monitorear la vulneración de derechos humanos haciendo uso de las normativas locales, nacionales e internacionales en la materia. También aprendieron cómo informar sobre esas vulneraciones y orientar la atención del público hacia ellas.
La capacitación de periodistas tunecinos fue uno de los pocos proyectos citados en el reciente Informe del Consejo de Derechos Humanos sobre la seguridad de los periodistas, como ejemplo de lo que se puede hacer para ayudar a garantizar la seguridad de los periodistas. Precisamente el informe indica que el trabajo a escala local y regional parece dar mejores resultados cuando se trata de incorporar mecanismos para la seguridad de los periodistas.
La Sra. Gharbi, que también participó en el curso de capacitación sobre supervisión de la libertad de prensa y seguridad de los periodistas, dijo que ha visto una mejora en la situación de los periodistas de su país. Hay leyes más severas para ayudar a protegerlos, así como más instancias para presentar denuncias. Aun así, todo periodista podría sacar partido de un aprendizaje más amplio sobre la libertad de prensa y la seguridad.
“Cursar esta formación puede dar a los periodistas una oportunidad para abordar los asuntos actuales de otra manera, asumir una perspectiva diferente de ellos y, lo que es aún más importante, para ser más pertinentes. Así, serían capaces de distinguir los abusos y los límites impuestos a la libertad de expresión, especialmente en el contexto actual de su país”, afirmó la Sra. Gharbi. “Recibirían información sobre las diversas instancias a las que pueden apelar y los procedimientos que deben emprender en caso de vulneración de derechos”.
2 de noviembre de 2018