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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Declaración a la prensa de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, La Paz, Bolivia (martes 16 de noviembre de 2010)

17 noviembre 2010

Muchas gracias a todos por acompañarnos; me complace estar aquí con ustedes. Vine a Bolivia esta primera vez para comprender directamente las dinámicas que se dan actualmente en el Estado Plurinacional de Bolivia en lo que respecta a los derechos humanos. Vine también para explorar vías mediante las cuales mi oficina pueda seguir ofreciendo apoyo y asesoría al país.

Quisiera agradecer al gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia la invitación a venir que me extendieron en febrero, durante el examen del país por parte del Consejo de Derechos Humanos. Esta mañana me reuní con el Presidente Evo Morales, y durante los últimos cuatro días he sostenido una serie de discusiones fructíferas con los Ministros de Justicia, Relaciones Exteriores, Transparencia, Economía y otros funcionarios clave del gobierno, así como con representantes de la Asamblea Legislativa y del Poder Judicial.

Me reuní también con el defensor del pueblo, autoridades indígenas, representantes de la comunidad Afro Boliviana y víctimas de la tortura. Asimismo, sostuve encuentros con varias organizaciones de la Sociedad Civil que trabajan en el campo de los derechos humanos. Sus perspectivas y el tipo de información que recaudan son, sin duda, de gran importancia para el mejoramiento y el mantenimiento de la situación de los derechos humanos en todos los países.

De igual forma, tuve reuniones con embajadores, jefes de programas de cooperación en Bolivia y funcionarios de alto rango de la ONU. Me complació ver el buen nivel de cooperación entre los organismos de la ONU en las áreas de protección de los derechos humanos, educación y derechos económicos y sociales.

Felicité al gobierno por las profundas reformas legales, políticas e institucionales dirigidas a poner fin a la discriminación y exclusión históricas de los pueblos indígenas y otros grupos vulnerables. Quisiera alentar a las autoridades a que continúen impulsando sus esfuerzos en esa misma dirección.

La Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia representa un paso histórico que envía un claro mensaje a otras naciones del continente y aún más allá. El proceso de formación de nación más sólido es aquél que toma plenamente en cuenta y promueve los derechos de todos los ciudadanos, sin que priven sus raíces étnicas, cultura, género, edad, clase o lenguaje.

La institucionalización del sistema de justicia originaria, tal como lo indicó el Relator Especial de la ONU James Anaya, “reconoce la innegable realidad de la existencia y la operación efectiva durante cientos de años de varios sistemas de justicia indígena correspondientes a diferentes nacionalidades y pueblos”.

Sin embargo, a pesar de las profundas reformas legales, políticas e institucionales dirigidas a reconocer los derechos originarios, la mayoría de los indígenas continúan sufriendo de pobreza extrema y exclusión.

La reciente adopción de una ley contra el racismo representa un avance histórico, el cual recibo con beneplácito dado que también fue solicitado por las Naciones Unidas durante mucho tiempo. En este contexto, no obstante, permítanme señalar que la prohibición de diseminación de ideas racistas, si no está adecuadamente regulada, puede afectar el derecho a la libertad de expresión. La ley internacional requiere que los Estados castiguen el racismo y la discriminación racial. El discurso racista, el discurso del odio y la incitación a la violencia racial son inaceptables en una sociedad democrática. En consecuencia, no pueden estar protegidos por la libertad de expresión.

Sin embargo, para proteger la legítima libertad de expresión y para diferenciarla de las expresiones que incitan al odio y la violencia, la ley internacional requiere que las limitaciones sean estipuladas por ley, que sean definidas de forma clara y precisa, y que sean implementadas por un ente independiente.

Los problemas en la administración de la justicia no son nuevos, ni comenzaron con este gobierno. No necesito entrar en detalles pues ustedes conocen bien los problemas que ha enfrentado el Poder Judicial. Reconozco el hecho de que este gobierno ha tomado algunas medidas para asegurar un mínimo funcionamiento del sistema.

No obstante, me preocupa la falta de acceso a la justicia, especialmente en las comunidades rurales, y la amplia impunidad que existe no sólo en los casos de violaciones a los derechos humanos del pasado, sino también en casos recientes.

En la lucha contra la impunidad en todos los crímenes, incluida la corrupción, la presunción de inocencia, el debido proceso y el juicio justo son principios cruciales que deben ser respetados. También me preocupa que, si bien es necesario superar el impasse con respecto a los retrasos en la administración de justicia, ahora es el momento de comenzar la selección de candidatos para los tribunales superiores de forma urgente, con el fin de asegurar la independencia del Poder Judicial.

Quiero felicitar al Gobierno por todos los buenos programas sociales para aliviar la pobreza y la exclusión, además de una serie de proyectos de ley en la Asamblea Plurinacional para enfrentar algunos de los problemas de más larga data, tales como la violencia contra la mujer y los niños, los derechos originarios y los derechos de los más vulnerables, así como la tortura.

En este sentido, quiero señalar que cualquier proceso que implique transformaciones profundas se logra alcanzar de manera más sólida y duradera si se lleva a cabo con la plena participación de todos los sectores de la sociedad. Aliento a la Asamblea Legislativa Plurinacional a que aseguren la transparencia y el tiempo adecuado para el diálogo y el análisis de todos los proyectos de ley.

Además, los procesos legislativos deben estar enraizados en los principios universales y los valores que forman parte de la ley internacional. Subrayo la importancia de asegurar que las leyes bolivianas cumplan plenamente con la ley y los estándares internacionales de los derechos humanos. Los exhorto a que hagan pleno uso de los servicios de mi oficina en Bolivia, donde estamos preparados para ayudarlos en esta gran empresa.

Finalmente, quiero agradecer al Gobierno y al pueblo de Bolivia por la cálida acogida que me han dispensado. Ha sido un privilegio visitar este país. Espero regresar pronto.

Muchas gracias.

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