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Declaraciones Comisión de Derechos Humanos

Intervención de la Subsecretaria para Derechos Humanos y Democracia, Mariclaire Acosta, en el Segmento de Alto Nivel 59º Período de Sesiones de la Comisión de Derechos Humanos

19 marzo 2003



19.03.2003




Señora Presidenta:

Antes que nada, deseo felicitar a la Embajadora Najat Al-Hajjaji, Representante Permanente de Libia, por su elección como Presidenta del quincuagésimo noveno período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos. Cuente usted, Señora Presidenta, con el apoyo activo de la delegación de México, para que ésta sea una sesión altamente exitosa.

Permítame también, saludar y dar la bienvenida al Doctor Sergio Vieira de Mello, recientemente designado por el Secretario General como Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. La función que usted ahora encabeza representa los más altos deberes y responsabilidades en la promoción de una de las causas más valiosas de la humanidad.

A pesar de décadas de esfuerzo de la comunidad internacional para crear condiciones adecuadas para la vigencia plena de los derechos humanos, hoy, en todas las regiones del mundo, seguimos presenciando serios agravios en contra de las personas.

El estado de cosas actual, impone un enorme reto y exige el compromiso honesto, transparente y sin vacilaciones, de cada uno de los países que hemos sido electos por los miembros de las Naciones Unidas justamente para ese propósito. Así entiende México su responsabilidad. Doctor Vieira de Mello, tiene usted el respaldo pleno de mi Gobierno.


Señora Presidenta:

La Comisión de Derechos Humanos, a casi seis décadas de haber sido creada, ha sido, ciertamente, un invaluable estandarte de la protección universal de los derechos humanos. Ha creado el andamiaje jurídico internacional que posibilita, no sólo el reconocimiento de los derechos inherentes a la persona humana, sino también su exigibilidad; ha desarrollado amplios y efectivos mecanismos de monitoreo y supervisión de los Estados y ha contribuido de manera fundamental al desarrollo progresivo de una cultura de derechos humanos.

Hoy, sin embargo, parece que es tiempo de hacer un alto y reflexionar a conciencia sobre los graves retos que tenemos enfrente y, especialmente, sobre si la Comisión de Derechos Humanos ha respondido en todo momento de manera eficaz. A nosotros nos parece que cualquier análisis responsable arrojaría un balance de claroscuros.

Mi Gobierno está consciente que la labor de promoción de los derechos humanos que realiza la Comisión es, en esencia, una de naturaleza ética y política y no podemos ni debemos proponer lo contrario. Sin embargo, durante los últimos años, hemos observado la confusión frecuente, si no desvío, de objetivos e intereses. Nuestra función en este foro, es la protección internacional y colectiva de los derechos humanos.

No se trata de promover visiones simplistas de una problemática muy compleja y por definición multidimensional. Por el contrario, se trata de comprender que la envergadura de nuestros retos, así como su preeminente contenido ético, nos compelen a promover causas y acciones genuinas. La politización y polarización de nuestros trabajos y la prosecución de agendas distintas a la promoción y protección de los derechos humanos pueden minar irremediablemente la credibilidad de este foro y la fuerza moral que lo sustenta.

Por todo ello, mi delegación continuará apoyando cualquier esfuerzo de reflexión serio, que responda, especialmente, a un compromiso real con los derechos humanos, tendiente a revisar los procedimientos y objetivos de la Comisión.

La vigencia de los derechos humanos debe constituir el contexto de las acciones que estamos emprendiendo para vencer la nefasta amenaza del terrorismo. El respeto del derecho internacional de los derechos humanos, no limita la capacidad de actuar de los Estados, ni de que éstos cumplan con su deber para con sus nacionales. El respeto a los derechos fundamentales, por el contrario, los fortalece y legitima.

Desde su inicio, el Gobierno del Presidente Vicente Fox se comprometió con las causas que más apremian a la comunidad internacional. Alentados por el apoyo unánime expresado por la Asamblea General en su 57 período de sesiones, al aprobar por consenso la iniciativa mexicana sobre “La Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales en la Lucha contra el Terrorismo”, mi delegación presentará a la Comisión un proyecto similar, con la convicción de que el más importante foro de derechos humanos, refrendará el pronunciamiento de la Asamblea General.


Señora Presidenta:

Para mi país, la cooperación internacional es uno de los medios más efectivos para abordar los problemas nacionales de derechos humanos. Como bien lo señala el Dr. Vieira de Mello en su informe, el mejor medio de prevenir y combatir las violaciones de los derechos humanos es mediante el desarrollo de sistemas nacionales de protección. La cooperación internacional constituye una herramienta valiosa para este propósito.



Permítame comentar la experiencia en mi propio país.

Al inicio del actual gobierno, México se abrió plenamente al escrutinio y a la cooperación internacionales para impulsar los cambios estructurales que el país requiere, para garantizar la vigencia de los derechos humanos y la continuidad del proceso de transición democrática en curso. Así lo anunciamos en el 57 periodo de sesiones de la Comisión a la que hemos dado cuenta puntual de los pasos dados por México en este proceso.

El objetivo es el desarrollo de una política de Estado integral en esta materia, que trascienda las acciones coyunturales y aisladas y que aborde de manera amplia y estructural la problemática de fondo el campo de los derechos humanos.

En un periodo de dos años, en el marco de la invitación abierta extendida a los mecanismos internacionales de protección, hemos recibido 12 visitas. Como consecuencia de éstas, los representantes de los mecanismos en cuestión han preparado ya algunos informes y presentado diversas recomendaciones.

Debo manifestar con toda claridad, que dichos informes, así como las recomendaciones que contienen, están siendo parte fundamental, y frecuentemente guía, de la aplicación de la nueva política gubernamental para la promoción y protección de los derechos humanos.

Asimismo, a invitación de mi Gobierno, desde el verano pasado se encuentra ya operando en México una oficina permanente, representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Dicha oficina tendrá la función principal de coordinar la ejecución de un ambicioso programa de cooperación técnica, el cual incluirá la elaboración de un diagnóstico nacional sobre la situación de los derechos humanos en México y de un Programa Nacional en la materia.

Por otro lado, con el fin de fortalecer la capacidad de acción del Gobierno, hemos creado una nueva Comisión Intersecretarial de Política Gubernamental en Materia de Derechos Humanos. Quiero destacar que, además de la participación en dicha Comisión de un amplio número de dependencias federales, participarán también representantes de las organizaciones de la sociedad civil, las que trabajarán junto con el Gobierno en la aplicación de la política mencionada.

Estamos seguros que, mediante este amplio esfuerzo nacional, que ha concitado el compromiso colectivo del gobierno, de las instituciones del Estado y de la sociedad civil, y que además cuenta con la colaboración estrecha de los mecanismos internacionales y regionales de protección de los derechos humanos, México continuará de manera exitosa, su proceso acelerado de cambio.






Señora Presidenta:

La Comisión debe estar a la altura de los retos de hoy. La construcción de un nuevo orden internacional en que la vigencia de los derechos humanos sea el marco de referencia, es responsabilidad de los Estados que participamos en este foro. México reitera su compromiso con esta causa y asume su responsabilidad en esta tarea fundamental.

Mas allá de diferencias políticas y de cualquier otro orden entre los Estados, existe un criterio común y universal que es la obligación irrenunciable de respetar todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas y los pueblos del mundo.

Es en esa dirección que México contribuirá a los trabajos de este órgano buscando, mas allá de los resultados a corto plazo, contribuir al desarrollo de una agenda internacional, que ponga al centro el respeto de los derechos humanos como una aspiración superior de todos, pero también como un objetivo alcanzable con voluntad y compromiso político.


Muchas gracias.

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