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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Es posible resolver la «violencia caótica» de Haití, declara Türk

Diálogo Interactivo sobre Haití

08 octubre 2024

Varias personas haitianas recorren un sendero lleno de rocas, con el fin de evitar los puestos de control de las bandas.
© AFP

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

57º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

Señora Vice-Presidenta,
Excelencias,
Distinguidos delegados y delegadas,

Una vez más, debo informar sobre la situación extremadamente angustiante que se vive en Haití.  Solamente la semana pasada, en una última muestra de horror, miembros de bandas entraron en una barriada de Pont Sondé en medio de la noche, prendiendo fuego a casas y disparando a residentes a la vez que estos intentaban huir. Al menos 70 personas fueron asesinadas, incluyendo tres bebés.

La magnitud de la violencia caótica que se infligió a la población entre finales de febrero y principios de julio de este año se detalla en el informe que tienen delante de ustedes.  El Experto Designado de mi Oficina, Bill O'Neill, visitó Haití el mes pasado, y sus observaciones vienen a confirmar la gravedad persistente de la situación.

Estoy convencido de que esta crisis de seguridad, esta crisis del estado de derecho, así como la crisis de gobernanza que la población de Haití está padeciendo, tiene solución.

Para ese fin es vital la plena aplicación del embargo de armas dictado por el Consejo de Seguridad para evitar la provisión de armas de fuego y munición a actores no estatales en Haití, así como la congelación específica de activos y la prohibición de viajes.       Este embargo es obligatorio y se aprobó de forma unánime, de forma más reciente en octubre de 2023.  Su renovación está prevista para el 18 de octubre.  Recomiendo encarecidamente la aprobación de este importante conjunto de medidas, por lo que insto a todos los Estados, incluyendo a todos los Estados Miembros del Consejo de Seguridada hacer cumplir todos los aspectos del mismo en su totalidad.

En Haití no se fabrican ni armas ni municiones.  Ambas cosas llegan al país procedentes de empresas situadas fuera del país.  Los Estados deben hacer un mayor esfuerzo a la hora de aplicar en su totalidad el embargo sobre armas dictado por el Consejo de Seguridad para exportadores que operan en o desde su territorio.   La actividad de estos exportadores está conduciendo a miles de asesinatos, desplazamientos masivos, la destrucción completa de la economía, así como a sufrimientos horrendos.

Mi Oficina ha documentado asesinatos selectivos y tiroteos aleatorios, incluso de niños y niñas, por parte de miembros pertenecientes a bandas criminales cada vez más poderosas; secuestros en masa; reclutamiento forzoso, explotación y trata de niños y niñas; además de la quema y saqueo de residencias y negocios.  La violencia de género, incluyendo la violencia sexual, ha alcanzado nuevas cotas de brutalidad y escala, a la vez que mi Oficina ha documentado violaciones colectivas entre otros horrores.  La cifra de personas desplazadas internas en el país se ha incrementado en un 95 por ciento desde marzo hasta alcanzar los 703.000, casi el 6 por ciento de la población.

Ataques contra hospitales; bancos; comisarías de policía; escuelas; el puerto principal y el aeropuerto de la capital; así como el control de las carreteras por parte de las bandas han alterado aún más la prestación de servicios esenciales, lo que conlleva un coste humanitario letal.   Más de 4,9 millones de personas está sufriendo inseguridad alimentaria grave; en otras palabras, bastante más de un tercio de la población sufre de desnutrición severa, lo que se refleja en consunción y hambruna.   Tres millones de niños y niñas haitianos tienen necesidad de ayuda humanitaria.

Sr. Presidente,

Celebro la renovación la semana pasada por parte del Consejo de Seguridad de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS, según siglas en inglés).  Es fundamental garantizar que la misión de la MSS, liderada por Kenya, reciba recursos y apoyo adecuados. Todas las operaciones de seguridad, incluyendo las que lleven a cabo de forma conjunta la misión de la MSS y la policía de Haití, han de cumplir estrictamente con el derecho internacional, incluyendo con la normativa internacional de derechos humanos, y han de rendir además cuentas por sus actos.  

Mi Oficina está apoyando el desarrollo y puesta en práctica del mecanismo de control del cumplimiento solicitado por el Consejo de Seguridad.  Conjuntamente con la misión de la MSS, estamos organizando sesiones informativas para personal con responsabilidad de mando relativas a normas internacionales sobre el uso de la fuerza; prevención de la explotación y abuso sexuales; además de la aplicación de un enfoque basado en principios sobre cuestiones relativas a la asociación de niños con las bandas.   Mis empleados están ayudando a la misión de la MSS a crear un mecanismo de denuncias dirigido a comunidades locales, y seguiremos trabajando además con socios de las Naciones Unidas para establecer un mecanismo de Política de Debida Diligencia en Derechos Humanos.  Acorde con el mandato dictado por el Consejo de Seguridad, continuaremos también apoyando a las autoridades haitianas, y supervisando y verificando las denuncias de violaciones de derechos humanos, incluyendo cualquier acusación de explotación y abuso sexual.

De forma más general, es vital también afianzar la gobernanza y las instituciones del Estado, en particular las del sistema judicial, la policía y el sector penitenciario.    Asimismo, es necesario empezar a dar pasos para abordar las desigualdades y pobreza omnipresentes existentes en el país.  

Quiero elogiar la inclusión por parte del nuevo Gobierno de transición de compromisos clave en materia de derechos humanos en su hoja de ruta de políticas.  Sus planes de medidas concretas para combatir la corrupción y otras violaciones de derechos humanos incluyen unidades judiciales especializadas que ayuden a combatir crímenes en masa como la violencia sexual, así como delitos financieros.  La constante prevalencia de prácticas corruptas, de forma especial dentro de las instituciones del Estado, es profundamente desestabilizadora, por lo que es necesario adoptar medidas urgentes a este respecto.

Sr. Presidente,

Haití es un país de pequeño tamaño pero con una importancia enorme para nuestro planeta.

En lo que se refiere a los derechos humanos, no podemos olvidar nunca la revolución que este país emprendió contra la esclavitud y la opresión colonial, la cual supone sin duda alguna uno de los capítulos que más inspiración ha promovido en la historia de la humanidad.

La extraordinaria creatividad de la cultura de Haití, así como el talento y determinación de tantas y tantas personas haitianas, han propiciado contribuciones valiosísimas para las economías y sociedades de muchísimos Estados.

Me duele contemplar las deportaciones, el maltrato, además de las difamaciones de corte racista y llenas de odio dirigidas contra ciudadanos haitianos en algunos países de la región.  Los haitianos y haitianos tienen el mismo derecho a vivir libres de violencia, miedo y pobreza que cualquier otra persona de cualquier otra nacionalidad.

En un país inferior a 28.000 kilómetros cuadrados, menos del 65% del tamaño de Suiza, el hacer frente a la crisis actual no supone un desafío de dimensiones colosales, ya sea en cuestión de estrategia o costes.  Por el contrario: es posible plantear soluciones a cada faceta de la crisis actual que vive Haití.

Haití puede contar siempre con el apoyo de mi Oficina.

Gracias

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