Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
El Alto Comisionado presenta el Llamamiento Anual 2024, solicitando una 'determinación más profunda' en la defensa de los derechos humanos
30 enero 2024
Pronunciado por
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
En
Ginebra
Excelencias,
Distinguidos delegados y delegadas,
Les doy mi más cálida bienvenida a todos y todas los reunidos aquí hoy.
Todos aspiramos a empezar cada año con ilusiones renovadas.
A pesar de todas las dificultades y adversidades en el camino, miramos hacia el futuro, donde aparecerán nuevas oportunidades, nuevos ideales, y una nueva visión.
A finales del año pasado, mi Oficina prometió elaborar una narrativa sobre los derechos humanos con vistas al futuro.
Una narrativa que sentara las bases para un futuro mejor y más justo.
En 2023, nuestra Iniciativa Derechos Humanos 75 consiguió avances concretos para promocionar los derechos humanos.
Recibimos casi 800 promesas para adoptar medidas de derechos humanos que suponen un punto de inflexión, incluyendo procedentes de Estados Miembros, la sociedad civil, organismos de las Naciones Unidas, el sector privado y otros.
Aproximadamente 153 Estados – lo que supone casi el ochenta por ciento de las naciones de todo el mundo -realizaron promesas acerca de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Acerca del clima. Acerca de los derechos de las personas con discapacidades. Acerca de los niños, las niñas y los jóvenes. Para erradicar la extrema pobreza. Para asegurar la asistencia sanitaria universal. Para mejorar el acceso a la justicia y para combatir la impunidad. Y acerca de otros muchos aspectos. De manera crucial, los Estados realizaron un total de 41 promesas para ratificar tratados internacionales fundamentales de derechos humanos, los cuales les obligan a plasmar los derechos humanos en una realidad legal.
Supuso un año relevante de reflexión colectiva, de compromiso renovado para reclamar nuestros derechos y libertades, y un deseo compartido de cambiar el curso de los acontecimientos. Les agradezco una vez más su participación en estas promesas.
Excelencias,
Ahora más que nunca, necesitamos de esta determinación profunda para ayudar a rescatar al mundo del abismo al que se asoma.
Porque ahora mismo, vivimos tiempos que se caracterizan por una manifiesta división.
Los conflictos continúan en una espiral ascendente en muchas partes del mundo, de manera más reciente en Oriente Medio. Todas estas guerras están dejando cicatrices profundas, alimentando descontento y resentimientos que, si no se hace justicia, dañarán enormemente al futuro de países enteros, conduciendo a una polarización aún mayor, y creando fracturas aún más hondas.
El año pasado, el más caluroso desde que se tienen registros, constituye una prueba más de que no estamos actuando con la suficiente contundencia y rapidez para impedir que nuestros niños y niñas y las generaciones futuras hereden un planeta irreconocible e inhabitable.
En todos los lugares del mundo, estamos observando graves dificultades económicas, anulando años de progreso. El hambre, la pobreza y las desigualdades de esta envergadura no solamente afectan a las personas: socavan de manera profunda la armonía y la paz sociales.
Asimismo, la tecnología digital continúa su rápido crecimiento, a la vez que trae consigo considerables oportunidades y riesgos descomunales para los derechos humanos. Debemos permanecer cautelosos ante la desinformación, por ejemplo, cuando millones de personas irán a votar este año en cerca de 70 elecciones que están previstas que se desarrollen por todo el planeta.
Excelencias,
En última instancia, el compromiso de mi Oficina, su mandato, es el de trabajar con todos ustedes para prestar su apoyo a soluciones para estos desafíos y para introducir cambios significativos en las vidas de las personas.
Nuestra aspiración es convertirnos en un socio que sea eficaz y fiable que cumple lo que promete.
En 2023, vimos el impacto directo que tiene la labor que realizan nuestros 1.962 trabajadores y trabajadoras ubicados en 91 países distintos.
La labor de defensa de mi Oficina contribuyó a la puesta en libertad de cerca de 13.476 detenidos.
Nuestros empleados emprendieron aproximadamente 3.664 misiones de vigilancia de derechos humanos, y supervisaron al menos 1.088 juicios
En total, se documentaron cerca de 27.804 situaciones de violaciones de derechos humanos.
Con el soporte de nuestros Fondos de Apoyo a las Víctimas de Esclavitud y de Tortura, diferentes organizaciones prestaron apoyo directo a 12.130 supervivientes de formas contemporáneas de esclavitud, así como a sus familias, además de asistir a 59.389 supervivientes de tortura y a sus familias.
La labor de promoción de mi Oficina en todo el mundo también contribuyó enormemente a que una cifra estimada de 43 países mejoraran significativamente su legislación o políticas en línea con las normas internacionales de derechos humanos.
En 2023, al menos 19 países crearon Instituciones Nacionales de Derechos Humanos – (los cuales son organismos clave para supervisar los esfuerzos de un país para la protección de los derechos humanos), o reforzaron el cumplimiento de sus instituciones existentes con las normas internacionales.
Durante los últimos cinco años, los países han realizado un total de 116 ratificaciones de tratados internacionales de derechos humanos.
Y en consonancia con la visión de una economía con base en los derechos humanos, nuestros equipos han puesto en marcha 65 proyectos nacionales dirigidos a conseguir avances en seguridad social, salud, agua, vivienda y otros derechos, a la vez que contribuyen a planes y estrategias nacionales de desarrollo.
Todos estos logros se deben a, y dependen de, el apoyo que brindan ustedes.
En 2023, los Estados Miembros y otros socios que colaboran con la financiación donaron de forma generosa 283,2 millones de dólares americanos a través de contribuciones voluntarias a la labor de mi Oficina.
Me gustaría agradecer de forma especial a nuestros cinco mayores contribuyentes: la Unión Europea, los Estados Unidos de América, Suecia, Alemania y Noruega.
Así como a todos nuestros 96 donantes, de mayor o menor tamaño. Su apoyo es indispensable para posibilitarnos seguir defendiendo los derechos humanos a escala global.
Y a pesar de todo esto, aún nos quedamos muy cortos respecto a la financiación que necesitamos para proporcionar las soluciones de derechos humanos que sean más efectivas y tengan una mayor repercusión. Las soluciones que necesitamos de manera tan urgente en el mundo actual, el cual viene marcado por cambios que se suceden a un ritmo vertiginoso y por retos continuos y urgentes.
Menos de una tercera parte de las contribuciones del año pasado fueron destinadas a fines no específicos. Como ustedes ya saben bien, este planteamiento en la financiación limita drásticamente nuestra capacidad para asignar recursos a aquellas situaciones donde más se necesitan.
Hemos de corregir de forma imperiosa el déficit histórico de financiación que ha venido perjudicando a los derechos humanos: uno de los tres pilares que constituyen las Naciones Unidas.
Hemos de reconocer también la descomunal y grave crisis de liquidez que afecta a todo el Sistema de las Naciones Unidas. Como ustedes ya saben, el Secretario General de las Naciones Unidas alertó a los Estados Miembros hace unos días del empeoramiento de la situación económica de nuestras operaciones incluidas en el presupuesto ordinario. Él también recordó a los Estados Miembros que la responsabilidad por la salud financiera de las Naciones Unidas les corresponde a ellos.
Para posibilitar que mi Oficina pueda cumplir con solvencia su extenso mandato, necesitamos de una financiación que sea predecible, flexible y a la vez sostenible.
Yo hago un llamamiento hoy para recibir 500 millones de dólares americanos con el fin de aumentar considerablemente nuestra capacidad para prestar apoyo a ustedes y a otros socios y así hacer frente a algunos de los mayores desafíos para los derechos humanos a los que se enfrenta la humanidad en la actualidad, y a los que se tendrá que enfrentar en el futuro.
Excelencias,
Como ustedes ya saben, estamos trabajando de forma activa para reforzar la efectividad de la Oficina a la hora de atender a estos desafíos.
Nuestro Plan de Gestión para los próximos cuatro años ha sido diseñado a través de amplias consultas con Estados Miembros, la sociedad civil, el sector privado, el Sistema de las Naciones Unidas y otros interesados.
Seis pilares seguirán siendo los que nos sirvan de guía para nuestro trabajo:
- Promover la participación
- Combatir la discriminación
- Integrar los derechos humanos en las iniciativas de paz y seguridad
- Asegurar que los derechos humanos conforman una parte central del desarrollo
- Ampliar la rendición de cuentas
- Incrementar el apoyo al ecosistema de los derechos humanos
Vamos a revitalizar un movimiento global en pro de los derechos humanos que proponga soluciones para los numerosos retos que tenemos delante, y que recupere la confianza.
Promoveremos la inclusión y la igualdad, reconociendo y respetando a todas las personas dentro de su diversidad, y garantizando que cuentan todas ellas con un espacio para participar en las decisiones que afectan a sus vidas.
Incrementaremos nuestros sistemas de prevención y de alerta temprana con el objeto de prevenir y mitigar los efectos de las violaciones de derechos humanos, los conflictos y los desastres humanitarios antes de que estos se agraven.
Seguiremos promocionando el concepto de economías con base en los derechos humanos, para poder rescatar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y para luchar contra las desigualdades.
Seguiremos promoviendo la acción medioambiental basada en los derechos humanos, la cual posibilita que se escuchen las voces de los más afectados por la triple crisis planetaria, que se les otorgan capacidades, y que se toman medidas para solucionar sus demandas.
Y además ayudaremos al mundo a adaptarse con rapidez hacia una gobernanza firme y efectiva de las tecnologías digitales, integrando los derechos humanos en ellas para minimizar los daños y maximizar los beneficios.
Para hacer todo esto posible, necesitamos de una Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que esté preparada para el futuro. Me he embarcado en una iniciativa para llevar a cabo cambios, como he mencionado anteriormente.
Esto significa realizar cambios de peso en nuestro diseño organizativo -- desplazando los recursos existentes a allá donde son más necesarios y añadiendo nuevas capacidades, a nivel global, regional y nacional.
Mirar al futuro significa invertir en innovación: ya sea esta tecnología digital, análisis basados en datos, ciencia del comportamiento o métodos de previsión estratégica. Significa ampliar nuestro apoyo al ecosistema de derechos humanos.
Además de cultivar nuestras asociaciones para influir de manera más duradera en los derechos humanos de todo el mundo.
Distinguidos delegados y delegadas,
Nuestra Iniciativa Derechos Humanos 75 hizo hincapié en que contamos con una poderosa base global para defender los derechos humanos. Que los derechos son universales. Que son el principal hilo que nos une y la mejor herramienta para construir puentes entre nosotros, llegando a todas las culturas y naciones, y que son un cauce eficaz para volver a establecer la confianza y propiciar el cambio.
Pero hemos de aprovechar estos vientos de cambio. Debemos actuar con determinación para situar a los derechos en el centro de todas las políticas y decisiones en la gobernanza. Para acoger plenamente todos los derechos, dando la misma importancia a los derechos económicos, sociales y culturales que a los derechos civiles y políticos. Para eliminar la impunidad. Y para acabar de una vez por todas con todos los ciclos de injusticia y desigualdad que han venido caracterizando a nuestras sociedades durante tanto tiempo.
En las próximas semanas, publicaré una declaración sobre mi visión, la cual condensará las conclusiones extraídas de nuestra iniciativa Derechos Humanos 75, para que nos guíe a través de los desafíos en materia de derechos humanos que nos esperan en los próximos 25 años, y como contribución para la Cumbre del Futuro. Yo confío en que sirva para diseñar un plan de acción que nos marque el rumbo para las próximas décadas.
El futuro de los niños, niñas y jóvenes del planeta depende en gran manera de los pasos que escojamos dar a partir de ahora.
Por todo esto, me gustaría transmitirles su visión, tal como se plasma en la poderosa - Declaración de la Juventud que se presentó en nuestro evento de alto nivel en diciembre del año pasado. Ya que son los y las jóvenes quienes tendrán que soportar la carga de las decisiones que tomemos, o que no tomemos, hoy.
Ellos y ellas hacen un llamamiento a crear un nuevo programa de derechos humanos.
“Un mundo donde los derechos humanos no sean una inspiración abstracta sino una obligación que ha de ser defendida todos los días; un mundo sin discriminación, donde se acoja la diversidad, y donde todas las personas tengan igualdad de acceso a las oportunidades y los recursos; un mundo donde la dignidad humana, los derechos humanos, y nuestro planeta no se vean sacrificados para el beneficio de unos pocos que ocupan el poder."
Mi Oficina respalda incondicionalmente esta Declaración. Y nosotros contamos con el apoyo de ustedes para que se escuchen, y se actúe, ante las demandas cruciales que esta Declaración encierra.
Gracias.