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Türk inaugura evento mundial de derechos humanos con un llamamiento a la esperanza, y a la acción

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11 diciembre 2023
Pronunciado por: Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

AC Volker Türk en la ceremonia de inauguración de DUDH 75º en el Palacio de las Naciones en Ginebra © OHCHR/Jean-Marc Ferre

Sobre las cenizas de una guerra mundial, la Declaración trajo consigo la esperanza.

Para acabar con los ciclos de derramamiento de sangre, trajo consigo una promesa de justicia.

Prometió un desarrollo que fuera seguro; justo; inclusivo.

Estableció la ruta hacia la paz.

Porque hace 75 años, en el momento de aprobar la Declaración Universal de Derechos Humanos, todos los Estados Miembros de la recientemente nacida Naciones Unidas reconocieron esta verdad profunda: "el reconocimiento de la dignidad inherente y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, es la base de la libertad, la justicia y la paz en el mundo".

Excelencias,
Colegas,
Amigos y Amigas,

Me complace darles la bienvenida a este evento mundial. Este evento viene a condensar un año de conversaciones apasionadas en todo el mundo y donde se plantearon interrogantes acerca de la Declaración Universal. El objetivo de este evento es proyectar toda esta energía en el futuro, a la vez que nos enfrentamos a todos los obstáculos que este trae consigo.

Ustedes, nuestros participantes, provienen de todas las regiones y de diversos ámbitos de la vida, y esa diversidad de procedencias y de puntos de vista nos recuerda que los derechos que establece la Declaración Universal son exactamente eso: – universales.

Aquellos y aquellas que viven en la pobreza, o aquellos y aquellas que se mueven por los pasillos del poder: todos los seres humanos nacen iguales en dignidad y derechos.

Una gran cantidad de movimientos de liberación se han inspirado en este compromiso.

Mujeres y hombres que habían sido subyugados bajo la explotación se pusieron en pie y exigieron justicia.

Sumaron sus fuerzas a movimientos en favor de una independencia, y consiguieron derrocar a imperios opresores. Hicieron frente a regímenes opresores y obtuvieron la libertad. Consiguieron acabar con la segregación y el apartheid. Forjaron alianzas con antiguos adversarios. Y lucharon, y siguen luchando, por poner fin a todas las formas de discriminación. En favor de la protección social. En favor de condiciones laborales decentes.

Esta energía y visión que aportaron las comunidades de todo el planeta han alimentado esta enorme creatividad, y el desarrollo resultante, que ahora gran parte del mundo disfruta.

No obstante, en paralelo a este progreso que ha transformado a muchas de nuestras sociedades, también ha habido numerosas deficiencias a la hora de defender los derechos humanos durante estos últimos 75 años.

En la actualidad somos víctimas de estas deficiencias, padeciendo como resultado las conmociones y sufrimientos que estas provocan en nuestras sociedades.

Guerras: mi pensamiento se dirige a los millones de personas que sufren lo indecible en el Territorio Palestino Ocupado, de forma notable en Gaza, y en Israel; en Sudán; Ucrania; Myanmar; además de en otros muchos lugares.

Hambruna.

Discriminación opresiva y llena de odio.

Represión y persecución.

Amenazas para los derechos humanos provocadas por el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.

Estos son desafíos de gran calado e interrelacionados, los cuales surgen cuando no se defienden los derechos humanos adecuadamente.

La guía para encontrar solución a todos estos retos ya existe.

Esta guía se elaboró en una época de terror, después de que se cometiera el mayor y más monstruoso exterminio masivo que ha conocido nuestro planeta, el cual tuvo la forma del Holocausto, y a sabiendas de que la destrucción total estaba muy cerca de producirse. Esta guía ha demostrado su poder y eficacia a lo largo de décadas. Sirve para tender puentes entre todos los sectores de Gobierno y todos los ámbitos de actividades humanas.

Y además, arrastra consigo los ecos de la sabiduría ancestral que conecta a todos los seres humanos.

La Declaración Universal es un río que se ha venido alimentando desde varias corrientes. Entre ellas, permítanme que rinda homenaje a los héroes de la revolución en Haití, quienes se sublevaron para exigir el fin de la esclavitud y la opresión del racismo. Así como a los profundos valores africanos de la interdependencia, la cooperación y la responsabilidad colectiva. Y al énfasis que el Islam pone sobre la dignidad humana y el principio de zakat, el compartir de forma caritativa. A las libertades que trajo consigo la Ilustración. Al feminismo orgulloso que mostró Hansa Mehta en la India. A la singularidad fundamental que representan las tradiciones espirituales asiáticas. Así como a la insistencia en la universalidad e indivisibilidad que manifiestan muchas voces latinoamericanas.

Las personas que elaboraron la Declaración Universal trascendieron los enfrentamientos geo-políticos y las diferencias económicas. Dejaron a un lado muchas disputas terribles para poder lograr este texto luminoso, el cual muestra el camino hacia la paz, la justicia y la libertad.

Y es por eso que considero el evento de hoy como un llamamiento a la esperanza y a la acción.

En un momento donde existe tan poca solidaridad, y donde tantas personas exhiben una visión de poca amplitud de miras que provoca divisiones, yo considero este evento como un llamamiento a superar la polarización. Un llamamiento a trabajar, con valentía y con principios, de manera conjunta, para resolver los enormes desafíos a los que nos enfrentamos.

Un llamamiento a retomar el espíritu que condujo a todos los Estados Miembros a aprobar la Declaración Universal, y a que toda decisión a nivel local, nacional y global, en todas las esferas de la política, tuviera como fundamento el valor intrínseco y equitativo de todas las vidas humanas.

Gracias

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