Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
La Declaración Universal de Derechos Humanos cumple 75 años: Celebrar la diversidad, los puntos fuertes y los logros de la sociedad civil
06 julio 2023
Desde
Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos Nada Al-Nashif
Lugar
Sala XXV, Palacio de las Naciones, Ginebra
Quisiera agradecer muy cordialmente al núcleo principal de miembros por su compromiso con el espacio cívico y su apoyo a la labor de la Oficina.
Los ponentes nos hablarán de sus anhelos y de las muchas oportunidades que nos aportarán sus ricas experiencias. Yo me centraré en la importancia de encomiar a la sociedad civil por fomentar la promoción y protección de los derechos humanos.
Nuestra conmemoración del 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos está enraizada en su profunda visión de que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, según se proclamó en 1948. También se basa en la idea de que la capacidad de acceder a la información, de expresar las ideas de manera libre y segura, de participar en los asuntos públicos y de inspirar, movilizar y actuar de consuno con otras personas es fundamental para el ejercicio de todos los demás derechos humanos.
La indivisibilidad, universalidad e interdependencia de los derechos fue confirmada de nuevo hace 30 años en la Declaración y el Programa de Acción sobre los Derechos Humanos, documento que también tiene vigencia en relación con estos derechos.
El Secretario General de las Naciones Unidas expuso claramente su perspectiva al respecto en “Nuestra Agenda Común”: Los Estados y las organizaciones internacionales deben escuchar más, para fomentar la confianza entre los pueblos y sus instituciones. Escuchar y prestar atención a las opiniones de la gente aporta legitimidad y credibilidad al proceso de toma de decisiones.
La inversión en canales, tanto formales como informales, que fomenten la participación integradora, innovadora y segura de las personas, y la protección de este espacio, en Internet y fuera de ella, es un aspecto fundamental del proceso.
Hay muchos ejemplos inspiradores de cómo la participación cívica facilita la confianza en las instituciones comunitarias y estatales. Durante la pandemia, en numerosos países las entidades de la sociedad civil contribuyeron a las respuestas al COVID-19, mediante el aporte de servicios vitales para proteger vidas, promoviendo la toma de decisiones basadas en el interés común, apoyando las campañas de vacunación, sensibilizando a la población y difundiendo información, incluso en comunidad aisladas o remotas.[1]
Con la iniciativa Derechos Humanos 75, tratamos de renovar el espíritu que condujo a la aprobación, en 1948, de la Declaración Universal, fortalecer el consenso mundial en torno a los derechos humanos y mirar al porvenir.
Sobre todo, este año representa una oportunidad de alcanzar un cambio auténtico en la vida de todos -incluso mediante la participación eficaz, integradora y segura de la sociedad civil-. Gracias a la labor de la sociedad civil, se han podido escuchar y amplificar las opiniones de quienes hasta ahora habían permanecido ocultos o silenciados.
Es indispensable proteger y promover el espacio de la sociedad civil para modular y gestionar nuestras respuestas colectivas a los desafíos del futuro.
Mientras reflexionamos sobre las innovaciones posibles en materia de derechos humanos para los próximos 25 años, podemos ampliar el espacio para generar soluciones más creativas mediante el aumento de la inclusión.
En los intercambios nacionales, regionales e internacionales celebrados este año en el marco de la iniciativa Derechos Humanos 75, es preciso escuchar a la sociedad civil, si realmente deseamos mantener los principios de universalidad e indivisibilidad en la práctica: primero, porque el proceso de inclusión y participación significativa es importante en sí mismo y, segundo, porque cuando se tiene en cuenta la repercusión de las decisiones sobre la dignidad de la población afectada se asegura la adhesión de la gente al proceso.
El Alto Comisionado ha instado a los diversos agentes (Estados, empresas, jóvenes, organismos de las Naciones Unidas y otros) a que formulen promesas concretas relativas a los derechos humanos en el marco de este año, para que sean presentadas luego en el evento de alto nivel del mes de diciembre.
Esperamos recibir esos compromisos de los Estados y otros agentes para proceder a una ampliación estratégica del espacio cívico, dentro y fuera de Internet, y situar a la participación significativa en el centro de los esfuerzos orientados al desarrollo y la consolidación de la paz. Esto permitiría mejorar las estrategias de participación en todos los proyectos y procesos, lo que daría mayor notoriedad a las opiniones de todos los grupos: mujeres, jóvenes, minorías, etc.
También esperamos que los compromisos con la seguridad de los agentes de la sociedad civil sean una auténtica prioridad.
Habida cuenta de la función esencial de la sociedad civil en la promoción de los derechos humanos, esperamos que todos ustedes aprovechen esta oportunidad (con el apoyo de nuestra Oficina) para presentar y promover compromisos de futuro y una visión de los derechos humanos capaz de estimular transformaciones que sean coherentes con las esperanzas y las aspiraciones de la población en el mundo entero.
Excelencias, estimados colegas,
Un espacio cívico abierto y propiciador es condición indispensable para hacer realidad todos los derechos humanos para todos. Derechos humanos, no entendidos como simples conceptos jurídicos sino como instrumentos para identificar causas profundas, evaluar contextos, generar soluciones y contribuir a la adopción de decisiones.
Después de todo, el espacio cívico es el mejor indicador del compromiso de un Estado de defender las nobles aspiraciones y los ideales de la Declaración Universal de Derechos Humanos –lo que demuestra su compromiso con la renovación de los esfuerzos encaminados a mejorar la protección de los derechos humanos de todos.
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