El Protocolo de Minnesota sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilícitas (2016) se trata de una actualización de la versión original titulada Manual de las Naciones Unidas sobre la Prevención e Investigación Eficaces de las Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias de 1991 (conocido habitualmente como el Protocolo de Minnesota). El Protocolo revisado establece procedimientos detallados para las investigaciones de la escena del delito, las entrevistas de sospechosos y testigos, la excavación de fosas, exámenes post mortem, y el análisis de restos óseos. Las investigaciones y los posteriores procesos de rendición de cuentas desempeñan un papel decisivo en la defensa del derecho a la vida. El nuevo Protocolo resulta una herramienta indispensable para orientar las investigaciones en muertes sospechosas, garantizar la rendición de cuentas por violaciones del derecho a la vida, y aportar verdad y justicia a las familias de las víctimas. Está dirigido a agentes de policía, médicos, abogados, funcionarios judiciales, ONG y otros agentes involucrados en investigaciones de muertes, y establece una norma común de desempeño en la investigación de una muerte potencialmente ilícita.