Resumen

Las organizaciones de la sociedad civil procuran expresar ideas de solidaridad internacional a través de redes de solidaridad regionales e internacionales, pero cada vez se enfrentan a más dificultades, como censura, acoso, inclusión en listas negras, investigación, deportación, penalización económica o desfinanciación, enjuiciamiento penal y restricción del acceso a plataformas digitales para difundir ideas de solidaridad. En el presente informe, preparado en cumplimiento de la resolución 53/5 del Consejo de Derechos Humanos, la Experta independiente sobre los derechos humanos y la solidaridad internacional, Cecilia M. Bailliet, confirma la tendencia creciente a la reducción del espacio cívico, tanto en el entorno físico como en el digital, lo que repercute negativamente en las oportunidades de expresar la solidaridad internacional. Formula recomendaciones a los Estados, las empresas y las organizaciones internacionales para apoyar mejor el derecho de la sociedad civil a participar en el intercambio de ideas de solidaridad internacional, incluida una recomendación relativa a la creación de una plataforma digital de solidaridad internacional de las Naciones Unidas. La represión de la expresión no violenta de la solidaridad internacional solo fomentará la violencia. Los Estados deben crear nuevos canales de expresión de la solidaridad para apoyar la cohesión social. En el presente informe, la Experta Independiente insta a los Estados a que colaboren en el desarrollo del derecho internacional de la solidaridad, mediante la aprobación del Proyecto revisado de declaración sobre el derecho a la solidaridad internacional, con el fin de sentar las bases para reabrir espacios a las expresiones de solidaridad de la sociedad civil.