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Novedades

La politica oceanica y la mineria de los fondos marinos en latinoamerica y sudamerica

10 junio 2021

Intervención de Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones para los Derechos Humanos

Estimados colegas,

Me complace dirigirme a ustedes hoy.

Este es un momento de severos desafíos. Mientras seguimos luchando contra la COVID-19, la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad y la polución siguen siendo graves amenazas para todas nosotras y todos nosotros.

La situación de nuestros mares y océanos también es motivo de preocupación. En este sentido, saludo el inicio de este Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible.

Nuestros océanos están clamando por ayuda. Los residuos plásticos, la sobrepesca, el aumento de la temperatura del agua y la acidificación están causando un intenso daño.

Acojo con satisfacción el tema del Día Mundial de los Océanos de este año, que se celebró esta semana. "El océano: Vida y medios de subsistencia", pone de relieve la importancia de los océanos para todas y todos, especialmente para los más de tres mil millones de personas que dependen de ellos para su subsistencia, la gran mayoría en los países en desarrollo.

Se trata de un grave reto mundial. Para abordarlo se requiere voluntad política. 

En mi país, el mar también fue ignorado históricamente. Una de las playas más contaminadas de Chile no está en la zona central, sino en Rapa Nui, uno de los lugares más remotos del planeta. Hasta allí podemos encontrar microfibras de plástico. En las islas Midway, hemos visto cientos de aves muriendo con plástico en sus estómagos. Plástico producido a miles de kilómetros, por seres humanos, los que algunas de estas aves no han visto nunca en su vida.

Al 2050 puede que tengamos más plástico en los océanos que peces.

Para mí, fue claro que no podíamos seguir así y que teníamos que tomar medidas.  Y actuamos.  La ley de bolsas plásticas lleva 3 años vigente y abrió el camino para que otros países siguieran.    La primera ley de reciclaje en toda Latinoamérica fue adoptada. Y Chile recientemente también aprobó la prohibición de plásticos de un solo uso.   Pero hay mucho por hacer.

En Chile, en menos de una década, la biomasa colapsó más de 90%. Las especies con las que crecimos dejaron de ofrecerse. En el año 2015 decidimos cambiar ese destino, y celebramos la conferencia Our Ocean, donde anunciamos una ambiciosa agenda de protección oceánica.

Me complace decir que cumplimos con ese compromiso.  En el Archipiélago de Juan Fernandez y las islas Nazca y Desventuradas, creamos inmensos parques marinos. En Diego Ramirez y Cabo de Hornos, también. En Rapa Nui creamos el área marina protegida más grande de toda Latinoamérica, con casi 600.000 km2 de protección. En total logramos aumentar la protección del mar de Chile de un 4 a un 43%. Sumando los parques de la Patagonia pasamos de proteger del 8 a 36% de nuestro mar y tierra.

Estimadas y estimados colegas,

A nivel mundial, la protección de nuestra biodiversidad es un imperativo para el bienestar del planeta y de su gente. 

La Convención de Biodiversidad propone que al 2030 protejamos el 30% del planeta. Hacerlo permitirá más pesca, más agricultura y mayor actividad forestal. Los beneficios son 5 veces mayores que los costos de lograrlo.

Además, de las evidencias económicas y ambientales, habría beneficios significativos en materia de salud. No olvidemos que nuestro desbalance ha traído la expansión de enfermedades zoonóticas.

Y sobre todo, tenemos que tomar las medidas y acciones que nos permitirán reducir las pérdidas económicas causadas por el cambio climático. 

Amigas y amigos,

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible reconocen la interconexión entre los derechos humanos, un medio ambiente sano y la salud y el bienestar humanos.

El ODS 14 destaca la importancia de los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Los sistemas oceánicos saludables pueden, por ejemplo, apoyar los medios de vida sostenibles y el trabajo decente, contribuyendo así a la erradicación de la pobreza.

Como en el caso de la recuperación de la COVID-19, la protección de nuestros océanos también requiere una fuerte cooperación global, basada en la solidaridad y el respeto a la dignidad humana.

Todas las personas en todo el mundo tienen un papel que desempeñar.

Cuento con todas y todos ustedes.

Muchas gracias.