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29 febrero 2024

El 23 de julio de 2021, un grupo de mujeres se sentó expectante entre el público del Parlamento de Sierra Leona, para ser testigos de una decisión que cambiaría sus vidas. Ese fue el día en que los legisladores votaron de forma unánime para abolir la pena capital.

«Estoy tan contenta de ver cómo la pena capital queda abolida,» declaró Mary*, una de las mujeres sentadas en el público.

Otros tildaron esta decisión de histórica, a la vez que aseguraban que ayudaría a que las mujeres reunieran el valor para salir de prisión ademas de traer la felicidad para aquellas mujeres que tendrían sus penas de muertes conmutadas ahora por la cadena perpetua.

Las mujeres eran todas antiguas prisioneras del corredor de la muerte, y cuyos casos habían recibido el apoyo de AdvocAid, una ONG de Sierra Leona que ofrece ayuda legal a las mujeres detenidas.

«Nos aseguramos de que muchas de las clientas a las que representamos pudieran asistir a esta votación y fueran testigos de la abolición,» explicó Rhiannon Davis, quien era la directora ejecutiva de AdvocAid en ese momento.

«Para nosotras como activistas, la abolición representa un enorme avance.»

La abolición de la pena de muerte en Sierra Leona es el resultado de décadas de trabajo por parte de ONGs como AdvocAid, así como por la comisión de derechos humanos del país.

Esta labor fue apoyada por las continuas recomendaciones del Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos, el cual examina el historial de derechos humanos de cada Estado Miembro de las Naciones Unidas.

«Estoy convencido de que Sierra Leona representa un ejemplo inspirador de cómo el mecanismo del EPU, con el apoyo importante de interesados nacionales y de asociados para el desarrollo, puede respaldar de forma eficaz cambios concretos en la legislación y en la práctica a nivel de país los cuales afiancen el sistema nacional de protección de derechos humanos a la vez que garantiza la prevención y el éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible,» señaló Gianni Magazzeni, Jefe de la Sección del EPU en Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

«Usando todas las herramientas que teníamos a nuestra disposición»

Nadie había sido ejecutado en Sierra Leona desde 1998, pero casi 90 personas se encontraban en el corredor de la muerte en 2020.  

En sus 15 años de existencia, AdvocAid consiguió la liberación de seis mujeres y tres hombres quienes habían sido sentenciados a penas de muerte. 

Pero la organización no limitó su campaña a actividades sobre el terreno en Sierra Leona.  

Juntamente con el Vance Center, otra ONG en contra de la pena capital, también participó en el EPU.

«Para nosotros, se trataba de utilizar todas las herramientas que teníamos a nuestro alcance para defender nuestra causa directamente con el gobierno pero también intentar hacer partícipes a la comunidad internacional y hacer ver de verdad que esta petición de abolición no venía impuesta desde fuera de Sierra Leona,» explicó la Sra. Davis.

The Freetown Female Correctional Centre in Sierra Leone.  © Tom Bradley/ AdvocAid

El Centro Penitenciario Femenino de Freetown en Sierra Leona. © Tom Bradley/ AdvocAid

Entonces se realizó el primer EPU de Sierra Leona en 2011, un examen cíclico de la situación de derechos humanos de cada Estado Miembro de las Naciones Unidas, realizado por otros Estados Miembros, donde cerca de 13 Estados encargados de la revisión ya recomendaron la abolición de la pena de muerte.

Un recordatorio de las obligaciones del gobierno en virtud de los tratados internacionales

La Comisión de Derechos Humanos de Sierra Leona (HRCSL), la institución en el país encargada de los derechos humanos, también contribuyó con alegaciones por escrito en favor de la abolición de la pena capital, incluidas en el EPU con el fin de recordar al gobierno sus obligaciones en virtud de tratados internacionales de derechos humanos.

The Freetown Female Correctional Centre in Sierra Leone included women on death row. © Tom Bradley/ AdvocAid

En el Centro Penitenciario Femenino de Freetown, en Sierra Leona, hay mujeres condenadas a muerte. © Tom Bradley/ AdvocAid

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